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Hay tantos y tantos malos momentos que a veces te preguntas cuándo se cumplirá eso de que hay razones para llorar pero muchas más para reir.
Sigo sin convencerme, sin conformarme, sin ser feliz. Cada ámbito se desmorona, poco a poco, o veloz como el tiempo.
Los amigos se fugan, vuelven, se añaden pero no son capaces de mezclarse, al igual que el cola-cao en la leche fría.
El futuro es incierto y cada vez mas próximo.
El amor se evapora a cada día cálido, y en los días fríos le da por esconderse.
La familia te sonríe pero no consigue llenar el cupo de tu bienestar (o al menos en mi caso).
La sociedad te encadena, te ata, te somete. Caes en las garras del sistema, que como el más feroz te muerde sin atender a llanto alguno.

¿Dónde están los motivos para la carcajada? ¿Se guardan sólo para mí o os sentís igual?
Me pregunto si será mi manera de vivir, de pasar fugaz por un lugar en el que no encuentro mi sitio.

Día 01- Tu canción preferida

Sin casi ninguna duda diría que esta es mi canción favorita en el mundo. El grupo en sí me encanta, casi cualquier canción suya me gusta, pero esta tiene algo que la hace especial. 

Válida para los días tristes en los que sus primeras notas te hacen llorar. Para los días más felices de tu vida, en los que llega el  momento del solo de guitarra y te tiras por el suelo gritando y riendo como una verdadera loca. Válida para la fiesta más cañera y para la tarde más tranquila.

Si cierras los ojos y la escuchas es inevitable que tus manos se muevan al compás de su ritmo.

No sé que la hará especial, quizá sea que me recuerda a aquellas tardes de verano en la era o al suave movimiento de sus labios al hablar.

Poesía

Construían su destino
paso a paso, agigantado,
oscuro, denso, valiente.
Y volvían abajo,
subyacentes, imprecisos.
Adolescentes confundidos,
de ahora y de siempre,
de besos que saben
a fuego y aguardiente.

Hoy me levanté pesimista.

Desganada y perdida en resumen.
No encuentro el norte, ni con un poco de sur.
No encuentro motivación por la que querer seguir como hasta ahora, que la verdad no se si quiera si iba bien o mal. Nada merece la pena porque nada se te reconoce, un esfuerzo vale cero y una palabra menos dos.

¿Para qué me sirve levantarme cada mañana, matarme a estudiar y gastar tiempo? Pues para culturizarte, porque la educación es imprescindible, y un largo rollo de respuestas que no me convencen. Y para nada me centro en el tema de los estudios, aunque creo que sin duda es el más afectado, sino también en mi familia, en mis amigos, en las cosas que me importan de verdad, o al menos me importaban de verdad.

No nos damos cuenta de que esto es una vez y no mas, y como dije alguna vez llevo dando el mismo paso 16 años de mi vida..uno tras otro, uno tras otro, sin cambiar, sin arriesgar y sin ganar. Mi vida es monótona y rutinaria y lo seguirá siendo hasta el día de mi muerte, pero sólo por nuestra culpa, porque nos hemos condenado a vivir una eternidad de sacrificios, estrés y prisas, en la que el dinero gobierna por encima de la razón y en la que no sabemos vivir sin nuestro smartphone.