lunes, 19 de marzo de 2012

Llora señorito, pero cerca de mí

No estés triste
No llores si no es en mi hombro.
No te calles más. 
Cuéntamelo todo.
Ven, que nos fumamos el mundo
a la luz de este Sol tonto,
que a veces te sonríe brillante
y otras te deja tan solo.
Abre tu voz oculta,
quédate sordo.
¡Hoy eres tú!
y mañana serán otros

jueves, 15 de marzo de 2012

Bop, bop, bop y siguen muriendo

Bop, bop, bop.. las gotas se suicidan contra los cristales del coche más caro. Le plantan cara indefensas, y allí derraman su sangre particular encima del más rico.
Las hojas de los árboles se suicidan. No todas, sólo las valientes, las naranjas, las que al caer pensaron que allí abajo, o arriba, porque no sé muy bien como decirlo, tendrían una vida mucho más plena. Se suicidaron esas que estaban hartas de los señores pájaros que se permitían picotearlas. Se olvidaban del más rico.
¿Y nosotros? ¿Qué nos pasa?


Nosotros nos suicidamos por amor, porque efectivamente Él es el más rico caballero sobre el universo, el único que mueve océanos de lágrimas y estamos hartos de sus paradojas, sus manías y su forma de hacernos creer que el mundo siempre fue de color de rosa.

martes, 13 de marzo de 2012

Señorito Verde

Solitaria como siempre, estaba en lo más alto de lo más alto. No estaba en una torre, no era una princesa.
Sólo estaba en lo más alto que se puede llegar a estar.
Con esa tez tan pálida y esos ojos tan cambiantes con la luz del Sol, y con la luz de la Luna, su Luna.
Con esas lágrimas tan agridulces que tanto tiempo pensó que no existían.




Ya no sé que escribirte que no te haya escrito ya.

martes, 6 de marzo de 2012

Mi no Señorito Verde

Era una pequeña ratita de biblioteca. Ni muy alta ni muy baja, eso sí, estaba entrada en carnes, aunque la verdad no se consideraba gorda.
Pasaron más de mil libros por sus manos chiquitas y ásperas. Era de esas que decían que los chicos interesantes no se encontraban un sábado a las 12 en cualquier bar perdido por el centro de la ciudad, los chicos interesantes estaban escondidos en pequeños rincones de los conciertos más grandes y en las grandes salas de las bibliotecas más pequeñas.
Sin embargo, ¿qué podría decir yo del señor Verde? Pues que era un joven perro que divagaba entre las calles mojadas y los parques nublados de esta pequeña ciudad, sin un duro en su cartera y ni una pizca de consciencia en su cabeza. Y era el chico más interesante que os cruzareis en vuestra vida
¿Qué piensas del destino? porque yo digo que es una chorrada, pero ¿sabes? les hizo encontrarse la peor tarde de Marzo.