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Hay tantos y tantos malos momentos que a veces te preguntas cuándo se cumplirá eso de que hay razones para llorar pero muchas más para reir.
Sigo sin convencerme, sin conformarme, sin ser feliz. Cada ámbito se desmorona, poco a poco, o veloz como el tiempo.
Los amigos se fugan, vuelven, se añaden pero no son capaces de mezclarse, al igual que el cola-cao en la leche fría.
El futuro es incierto y cada vez mas próximo.
El amor se evapora a cada día cálido, y en los días fríos le da por esconderse.
La familia te sonríe pero no consigue llenar el cupo de tu bienestar (o al menos en mi caso).
La sociedad te encadena, te ata, te somete. Caes en las garras del sistema, que como el más feroz te muerde sin atender a llanto alguno.

¿Dónde están los motivos para la carcajada? ¿Se guardan sólo para mí o os sentís igual?
Me pregunto si será mi manera de vivir, de pasar fugaz por un lugar en el que no encuentro mi sitio.