Mis pies están atados al campo, a la tierra seca, a esos atardeceres ardientes de tierra de campos.
Cada vez sufro más respirando aire de coche, caminando por campo de asfalto y observando prisas y muertes.
Basta ya de agobios, de dineros, de sistemas, volvamos al campo, con los nuestros, con lo nuestro.
Seamos felices ya, no?
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